NIVEL I : CONDUCTUAL

En este nivel planteamos reemplazar conductas del “arsenal cotidiano” por otras más adaptadas a los nuevos sistemas o infraestructura.

Las conductas son medibles y posibles de discriminar en su realización (saber objetivamente si se han realizado o no).

Dentro del esquema de un pensamiento concreto, que resuelve la vida día a día; en el corto plazo. Un cambio de conductas es aceptado, en especial si es conveniente porque está directamente vinculado a la satisfacción de necesidades.

Reglamentos y normas, así como sanciones y estímulos referidos a las  nuevas conductas contribuyen a fortalecer el cambio conductual.

NIVEL II :  OPINIONES Y JUICIOS

Este nivel es crucial para el cambio cultural. Son las opiniones y juicios valorativos sobre las nuevas conductas que realiza la persona, las que determinaran si se da el cambio actitudinal o un abandono de las nuevas conductas y una consolidación de las antiguas conductas. Si las opiniones y juicio son positivos la persona se identificará con las nuevas conductas, lo que conduce al cambio actitudinal.

Tres cosas son muy importantes en este nivel:

1. Que las nuevas conductas se ejecuten con precisión

2. Que toda la comunidad este enterada de la presencia de estas nuevas conducta.

3. Que se recoja de manera objetiva la opinión de la comunidad sobre dichas conductas.

NIVEL III: ACTITUDINAL

Cuando las personas se identifican positivamente con las nuevas conductas, producto de la aprobación de la comunidad (presión positiva). cambian su actitud.  Entendiendo por actitud la posición o juicio valorativo frente a un grupo de conductas.

Mientras se hagan públicas más opiniones positivas sobre las nuevas conductas, más estable será el cambio actitudinal.  Una cobertura  extensa de los medios de comunicación masiva fortalece el cambio actitudinal.