INSEGURIDAD CIUDADANA:¿RESOCIALIZACIÓN EN LAS CÁRCELES DEL PERÚ?
DIÁLOGO SOBRE INSEGURIDAD CIUDADANA; ROL DEL PSICÓLOGO EN LA RESOCIALIZACIÓN
Por George Schofield Cavero
PARTE1
Las cárceles han sido tildadas de escuelas de delincuencia. Donde lejos de resocializarse los internos(as) se corrompen más. Y al salir siguen delinquiendo…
¿Es posible la resocialización en las cárceles del Perú? ¿Cuál sería el rol de los psicólogos en este proceso?
En la nota editorial de Gedisa al comienzo del libro: “El amor que nos cura” de Boris Cyrulnik, reconocido investigador social y psicoanalista, se hace una sintética pero importante definición del concepto de RESILIENCIA, que transcribo resumidamente a continuación:
“La resiliencia designa la capacidad humana de superar traumas y heridas. Las experiencias de huérfanos, niños maltratados o abandonados, víctimas de guerras o catástrofes naturales,(añadimos )prisioneros y presos, han permitido constatar que las personas no quedan encadenadas a los traumas toda la vida, sino que cuentan con un antídoto: la resiliencia. No es una receta de la felicidad, sino una actitud vital positiva que estimula a reparar daños sufridos convirtiéndolos, a veces, hasta en obras de arte.
Pero la resiliencia difícilmente puede brotar en la soledad. La confianza y solidaridad de otros ya sean amigos, maestros o tutores, es una de las condiciones para que cualquier ser humano pueda recuperar la confianza en sí mismo y su capacidad de afecto.”
Es lo que hemos encontrado en nuestros casi 9 años de trabajo en el penal de alta seguridad de Chorrillos. En nuestro trabajo de construir apego y vínculos maduros con niños y menores adolescente en poblaciones de alto riesgo de conductas antisociales y nuestras tempranas intervenciones en los juzgados de menores.
SI ES POSIBLE LA RESOCIALIZACIÓN.
Nos consta en el caso de madres que aunque en prisión no claudicaron en serlo. Ellas pudieron definir una manera especial de ser madres. Pasaron de ser (en muchos casos) desconocidas a ser Otros Significativos en las vidas de sus hijos(as), para luego ser envestidas por los mismos, con el dichoso título de madre.
¿Cómo lo lograron? Fue generación espontánea? La respuesta es no. Aquí aparece el trabajo del psicólogo rehabilitador. El trabajo de nuestro programa, ayudó a que hicieran de la relación con sus hijos(as) el motor de una transformación permanente.
Encontrarle un nuevo sentido a la vida, redefinirla a la luz de nuevas relaciones, está en la base de este camino de resiliencia.
En mi quehacer en la prisión encontré a muchos psicólogos la mayoría de ellos atrapados en un rol paradójico que los convertía en “juez y parte”.
Evalúan a los internos y emiten un informe sobre su recuperación. El cual es considerado como criterio de discernimiento por los jueces. TODO EL PODER CONCENTRADO EN UN PERSONA: EL PSICÓLOGO PENITENCIARIO. A veces ni el mismo quiere jugar este rol, pero el sistema lo obliga…
Vamos a la otra orilla de río, la percepción de las internas. Ellas conscientes de esta situación, por autodefensa, no establecen con estos psicólogos el espacio de confianza indispensable para lograr que despierte la “resiliencia”. Negándose, evitando trabajar las partes más dañadas de sus capacidades relacionales. Justamente donde debe realizarse la acción rehabilitadora.
Está en la naturaleza misma de cómo plantea el sistema la relación PSICÓLOGO DEL INPE –INTERNA, la raíz del problema.
Nuestra propuesta sugiere un papel protagónico del Colegio de Psicólogos por la relevancia de nuestra profesión en el tema y va en dirección de separar los roles de evaluador y rehabilitador.
Un cuerpo de colegiados, con capacidades técnicas de evaluación certificadas por el Colegio de Psicólogos, se encargaría de evaluar a las internas. Esta certificación se lograría en la aprobación de un examen de competencias administrado por el Colegio, convocado públicamente y vigilado en su administración por representantes del INPE. La materia de la prueba provendría de un programa de investigación conjunto entre el Colegio de Psicólogos y el INPE. El pago de los servicios de los profesionales certificados estaría a cargo del INPE.
Por otro lado, la designación de casos para cada evaluador sería al azar y rotativo. Los miembros de este cuerpo cambiarían anualmente.
Todo esto dentro del marco de un convenio entre el INPE y el Colegio de Psicólogos.
Por otro lado, los psicólogos del INPE debidamente capacitados y dotados de la logística necesaria, se dedicarán exclusivamente a realizar la tarea de agentes de rehabilitadores.
El juez podrá sumar ahora, a su decisión, dos criterios, la evaluación técnica del Colegio de Psicólogos y la evaluación multidisciplinaria de los agentes rehabilitadores (psicólogos del INPE, profesores de arte y manualidades, universidades que dan cursos a la distancia en las prisiones entre otros).
Este plan pretende abrir el camino, ahora negado, a una verdadera acción rehabilitadora en las prisiones.